Cómo la Administración Pública
responderá de forma innovadora y con eficacia a las contingencias que
resultan de las demandas de los ciudadanos?
La Administración Pública del siglo XXI
debe generar un nuevo servidor público fundamentalmente ético,
innovador, con compromiso social y enfocado en el bienestar de las
personas.
La intersección entre las TIC y las
administraciones públicas (lo que recientemente se ha denominado
gobierno electrónico o e-gobierno), no es algo nuevo, sino que ha venido
despertando interés entre expertos, académicos y profesionales del
sector público desde hace varias décadas. De la relación existente nace dos etapas más recientes de innovación tecnológica: 1) la
generalización de Internet y las páginas web que han abierto las puertas
a la digitalización de muchos procesos organizacionales; y 2) la
aparición de las tecnologías sociales unidas a la filosofía de la web
2.0 que están facilitando un nuevo enfoque en el sector público, cada
vez más enfocado en la innovación colaborativa y posiblemente la
co-creación de servicios y políticas públicas con la ciudadanía.
Un asunto trascendental que se plantea es la necesidad de avanzar hacia un esquema de interoperabilidad,
condicionante del Gobierno Electrónico. Es decir, la suerte del Gobierno
Electrónico está supeditada a que seamos capaces de consolidar
gobiernos, en nuestra región, que garanticen la gobernanza a partir del
uso intensivo e intercambiable de las TIC, gobiernos enfocados en los
ciudadanos y que produzcan resultados que impacten el bienestar de la
sociedad.
La gestión y
las políticas públicas han considerado las TIC en el sector público
como un medio para aumentar la eficiencia, eficacia y productividad,
incluso la calidad de los servicios, la participación ciudadana o la
transparencia, pero sin considerar el alcance del fenómeno en toda su
dimensión. En otros términos, la intersección entre TIC y organizaciones
públicas involucra factores tecnológicos, organizativos,
institucionales, humanos y contextuales que resulta necesario
aprehender. A partir de esa consideración es como se puede entender el
potencial de la dimensión tecnológica en el sector público, de manera
que pueda adquirir su papel dentro de la gestión y las políticas
públicas.
Las TIC en la Administración Pública
surge de la necesidad de disponer de un contenido actualizado,
consistente y accesible para comprender los importantes cambios que han
experimentado las administraciones públicas como consecuencia de la
adopción y uso de las TIC durante los años más recientes y poner las bases para comprender las
transformaciones en la gestión y las políticas públicas que se
producirán en el próximo decenio como resultado de la incorporación de
nuevos desafíos ligados a la computación en la nube, el análisis de
datos masivos o el Internet.
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